(Para contribuir a la dicha de envejecer)
Cuando se me nubla la vista,
Señor, que Te vea de más cerca.
Cuando pierdo el oído
Señor, que esté más atento/atenta a Tu voz que me llama.
Cuando mis pasos se vuelven más lentos,
Señor, que siga el camino
Acogiendo Tu ayuda.
Cuando mi corazón late más fuerte,
Señor, que por fin reconozca
Que late con el Tuyo.
AMÉN.
LIBRO: «La dicha de envejecer», Anexo 6